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Cestería yagán: vigencia de una artesanía milenaria

Solapas secundarias

Técnica ancestral de elaboración de la cestería yagán


El procedimiento de recolección, preparación y tejido de la fibra vegetal que emplean los yaganes para elaborar sus cestos se ha transmitido de generación en generación, preferentemente entre las mujeres de las familias.

Recolección:

El primer paso es recolectar el junco (Marsippospermum grandiflorum). Esta planta perenne es un largo pasto de tallo verde, redondo y fuerte, que mide aproximadamente hasta 1 metro de altura.

Según los registros etnográficos realizados por el antropólogo Martín Gusinde, los yaganes lo llamaban Mapi (1986: 487).

Crece en los turbales, una clase de humedales que se caracterizan por la acumulación de materia orgánica y por ser una gran reserva de agua dulce (Fundación Proteger). Se encuentra en terrenos anegados a orillas de lagunas y sectores de mal drenaje.

La época propicia para cosecharlo es entre septiembre y mayo, pues la planta se quema con el frío y la nieve en invierno.

Las tejedoras seleccionan los juncos más verdes, comúnmente protegidos del sol por los árboles. Arrancan las varillas de junco desde la raíz, y después las unen mediante un atado o haz.

El grosor de las varas depende de la pieza que se hará: los gruesos son para los canastos grandes y los más delgados para los pequeños o para realizar otros productos como aros.

Torcido y cocido

Las mujeres agrupan "unos veinte tallos" (Gusinde, 1986: 487) y los calientan y cocinan a fuego lento. Con ello aumentan la flexibilidad de la fibra vegetal, y le otorgan mayor resistencia para que se conserven hasta que sean tejidos.

Luego tuercen el rollo de fibras para extraer el jugo que queda en su interior. Algunas descripciones cuentan que las mujeres también masticaban los tallos para achatarlos y tornarlos más flexibles (Lothrop 1928a: 134; Gusinde, 1937: 487), o para ablandarlos (Hyades y Deniker 1891:314, En: Orquera y Piana, 1999: 349]. Al final de este proceso los tallos están aptos para ser tejidos.

Tejido en la artesanía yagán

Los artesanos yaganes utilizan diferentes trenzados, pero suelen comenzar el tejido con un anillo de fibra vegetal, que se une y ata con la misma fibra con varios puntos para dar forma a la base o centro del canasto.

Con la ayuda de un ami o punzón abren el tejido para introducir la fibra principal. El ami puede ser de madera o de hueso que obtienen principalmente de aves, rebajados en su parte distal hasta obtener una punta fina.

También se hacen con madera de calafate (Berberis buxifolia) o michay (Berberis ilicifolia). La punta se calienta con fuego para que se endurezca y no se quiebre al tejer.

A medida que avanzan, añaden los demás juncos al manojo. Según el producto que realicen se incorporan asas y orejas, las que anudan al tejido principal.

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